jueves, 30 de octubre de 2014

Crítica de "Drácula: la leyenda jamás contada" (SPOILERS SIN PIEDAD)


Y me atrevería a decir que jamás nadie debió atreverse a contar este revoltijo extraño entre una ambientación mínimamente histórica ( justita, justita, vamos) y una fantasía propia de un niño de siete años jugando con sus juguetes.  No voy a engañar a nadie, fui al cine sabiendo que me iba a encontrar con una película que no pretendía sorprender, pero siendo la fiesta del cine y otra versión de la historia de Vlad Tepes no pude evitarlo. Y es que siempre me he sentido atraída por la figura de Vlad el Empalador y  por la leyenda de los vampiros, por esa personalidad bipolar que tienen estas criaturas de la noche, por el sentimiento que tienen de ser seres inmortales que han vivido demasiado tiempo y que van luchando , algunos, por no perder la humanidad que aun habita en ellos transformándose en monstruos sedientos de sangre. Y esto último, la palabra "monstruo" es lo que refleja la película que ahora veo que está tan de moda en el siglo XXI, resumido en una frase que el propio Drácula dice en el momento en que se descubre su transformación en vampiro.

"A veces lo que el mundo necesita no es un héroe, a veces lo que el mundo necesita es un monstruo".

Creo que esto es lo único que conecta la verdadera historia original con la historia que se ha montado el guionista puesto que el verdadero Vlad Tepes no era para nada  un santo,  era alguien que había mamado de la teta de la crueldad desde los 13 años cuando su padre lo entregó a los turcos y que  aprendió todas las técnicas de tortura típicas de la época, mas las que aprendió él solito. No tenía piedad con nadie aunque al mismo tiempo tenía su propia forma de entender la justicia. Y aun así  acabó siendo el mal necesario para que Valaquia no acabara siendo conquistada por los turcos y por lo que en Rumanía está considerado un héroe nacional, los rumanos entienden que de no haber sido así hoy por hoy Rumanía  no sería una nación.  Hay anécdotas sobre él  que muestran esta personalidad, las podéis leer por ejemplo aquí . Sin embargo, aquí  se suaviza la imagen de Dracula mostrándolo como un dedicado y amoroso padre de familia en contraste a un pasado oscuro por el que se extendió su fama como ser cruel y despiadado. Algo que no cuadra para nada con la realidad de la persona histórica. Y a lo largo del desarrollo de la película acaba siendo bastante molesto.

Quería comentar una serie de detalles...

  1. El comportamiento de la Princesa de Valaquia. Entiendo que para una madre sea amenazador y difícil que se lleven a su hijo, pero el espectaculo que monta cuando el emisario de Mehmet II le exige al niño juntos con los otros mil me recuerda bochornosamente a un plató de Telecinco con Belén Esteban. Es la "reina" del gobernante de Valaquia, debería comportarse como tal. Al menos en un contexto en el que eran los hombres los que tomaban las decisiones.
  2. Vlad es Drácula, estamos de acuerdo que eso le otorga un gran poder...pero es de risa ver cómo él solo es capaz de vencer a todo un ejercito. Menuda fantasmada. Cómica la escena en la que salen sus soldados por detrás viendo el campo de cadáveres....en fin.Y luego el discurso diciendo que los iba a proteger a todos...la culpa es de Michael Bay que las rueda como putas. No, lo peor es que esto no ha sido cosa de Michael Bay.
  3. Siempre, SIEMPRE, tiene que ir corriendo a defender a su señora esposa y a su hijo poniendo en un marco la inutilidad de sus propios hombres. SuperDracula al rescate.
  4. La escena en la que el monje descubre que el Príncipe se está transformando en vampiro. Si el verdadero Vlad Tepes hubiese tenido un ataque a su persona como el que perpetraron los aldeanos y el monje, hubiesen rogado por una muerte por empalamiento. Con eso cualquiera se  puede hacer una idea de la crueldad de la que era capaz el verdadero, por mucho menos no perdonaba nada. Otra fantasmada, Drácula el santo, el adalid de todas las virtudes. Y yo pestañeando incrédula en el cine.
  5. En la lucha contra el sultán Mehmet II, curiosamente éste lleva una armadura dorada brillante siendo el villano y el Principe de negro siendo el héroe. Otro símbolo más del cambio generacional en cuanto a moral. Los buenos ya no son completamente virtuosos y su atuendo no muestra su luz interior, ahora la oscuridad del "héroe" es lo que se lleva. Lo mismo pasa con la película de Maléfica.
  6. Los vampiros que el propio Drácula crea para atacar finalmente a los turcos deciden que van a matar al hijo de su creador para ayudar a éste a volverse despiadado como ellos. Muy lógico, sí. Pero no os preocupéis porque SuperVlad se sacrificará juntos con ellos abriendo las nubes para que entre el sol para salvar las vidas, tanto de su hijo como las de los aldeanos que le atacaron previamente. El último sacrificio del héroe.
  7. ¡Ah no!¡Espera!. Es que Drácula es taaan omnipotente que en realidad no muere, después resucita gracias a la amable gota de sangre de un seguidor que tiene toda la pinta de ser Renfield ( el mismo Renfield de la novela de Bram Stoker del siglo XIX). ¿Y qué hace Renfield en el siglo XV?. ¿Habrá inventado Dracula también la máquina del tiempo para que viaje este al pasado y le resucite?.
El final queda abierto, posiblemente para una segunda parte en la que se desarrolle una nueva trama con la reencarnación de su esposa, ( aparece vestida de forma actual y tienen un breve encuentro).

No leí antes ninguna crítica para no esperarme nada. Esperaba en realidad un poco más de coherencia entre lo que se puede dejar como fantasía y lo que debió haber sido un reflejo mínimo de la realidad histórica. Es una lástima porque se nota que el gasto en producción ha sido bastante notable y podrían haberle sacado más partido. Pero estuvo entretenida aun así.

Nota: 3 ( cutre, pero resultona).