miércoles, 4 de enero de 2012

María


María es un nombre muy típico. Todo el mundo conoce a alguien que al menos tenga ese nombre como aperitivo en su nombre compuesto. A mí, recordar María, tal cual, bueno, en la cena de Nochebuena me pasó algo maravilloso.

Tuve la suerte de conocer en persona a mi bisabuela siendo muy pequeña. Mis recuerdos llegan a los 6 años más o menos. Entre ellos, aparece ella con su pelo canoso, corto y revuelto. Tenía los ojos de color café, muy apagados de tristeza que me miraban con una ternura típica de ella. Y sí, se llamaba María, como mi madre.

María a secas, sencillo y limpio, tal y como era ella. Benefactora, de intenciones blancas como la sonrisa que le brotaba de la boca cuando me veía aparecer por la puerta.

- ¡Hola princesa!- exclamaba al verme. De no ser porque su cansado cuerpo no podía moverse más allá de aquella silla de ruedas, seguro que me habría recibido corriendo, alegre y bromista como era ella. Para mí, cada una de sus arrugas era un signo de cuanto había que respetarla. No sabía leer pero era muy sabia y hay cosas de ella que me dijo que aun no he olvidado. Para ella, siempre fui motivo de alegría. Y me he pasado 22 años con tan sólo estos recuerdos de ella en mi mente.

Pues en Nochebuena...como decía al principio, me pasó algo maravilloso. Mi tía Maruja, que es una señora en cuyo rostro y forma de ser la he visto reflejada todos estos años, sacó un album de fotos. Apareció ella, en esta foto, joven y apagada. Como todas las mujeres que pasaron calamidades en la guerra.



No pude evitarlo. Me emocioné. Le he echado muchísimo de menos. Le echo de menos, le quiero un montón. Y en la cena más importante para mí del año he vuelto a ver su rostro. Pocas personas entenderán todo esto. Pero para mí es ...es como si ella hubiese bajado del cielo para volver a verme.

El año 2011 para mí fue terrible. Cuanto me hubiera gustado tenerla conmigo para que me aconsejara, para que me guiara en todas las decisiones que he tenido que tomar sóla. Sé que siempre será así porque forma parte de hacerse adulto.

Lo bonito es que lo que sentí en ese momento es que ella de alguna forma había vuelto para decirme "no te preocupes , princesa, a partir de ahora todo va a ir bien, estoy contigo".

Y bueno, no voy a seguir por ahí porque me pondré a llorar. Lo que quiero decir es que en este año 2012 en el que ya hemos entrado, los Reyes Magos se adelantaron para mí. Para dejarme una foto de una persona muy especial. Y me siento muy feliz.

Entonces en este 2012, tengo objetivos muy viejos que quitarme, como por ejemplo , acabar la carrera, buscar trabajo...apañarmelas para irme a vivir con mi novio por fín. Madre mia, cuantas cosas. Pero ahora sí que va a ir todo bien, porque sé que ella le ha pedido a Dios que me mande un ángel para que me ayude.

Felices Reyes Magos a todos....