jueves, 24 de noviembre de 2011

Hoy, la lluvia

Ayer el campo olía a frescura cítrica. Los mandarinos aparecieron en sus filas como siempre, constantes, pequeños, grandes, engalanados con sus pendientes naranja y lavados con el agua de la lluvia.



Quizá quieran decirme con el brillo de sus hojas que hasta las cosas más cotidianas pueden haber venido de otro mundo.

Hoy me siento distinta. Siguen dándome miedo los cambios pero soy consciente de que no puedo seguir huyendo y que los necesito. Necesito dar frutos como ellos. Y hoy en la calle sigue lloviendo sin parar de forma bendita. Hacía mucho que no podía escribir....hacía mucho que no podía respirar...

El día tiene los ojos grises y me observa haciéndome sentir su tonalidad fría. Los árboles me esperan calmados, los días pasan despacio pero sin detenerse y yo estoy aquí entre mis apuntes, mi ordenador y mis ganas de salir a la calle a mojarme.

Creo que aún soy la dama bajo la lluvia....