lunes, 30 de agosto de 2010

El anillo

Una historia que me he encontrado por internet y me ha gustado mucho...

El Anillo

Un alumno llego a su profesor con un problema:
-Estoy aqui, profesor, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Dicen que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy tonto y muy idiota. Como puedo mejorar? Que puedo hacer para que me valoren mas?

El profesor, sin mirarlo, le dijo:
-Lo siento mucho, joven, pero ahora no puedo ayudarte. Primero debo resolver mi propio problema, tal vez despues...

Y haciendo una pausa dijo:
-Si tu me ayudas y puedo resolver mi problema rapidamente, quiza pueda ayudarte a resolver el tuyo.

-Claro, profesor, murmuro el joven.
Pero se sintio otravez desvalorizado.
El profesor se saco un anillo que llevaba en el dedo pequeño, se lo dio y le dijo:
-Coge el caballo y vete al mercado. Debes vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es preciso que obtengas por el el maximo posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y vuelve con la moneda lo mas rapido posible.

El joven cogio el anillo y partio. Cuando llego al mercado empezo a ofrecer el anillo a mercaderes. Ellos miraban con algun interes, atendiendo al joven cuando decia cuanto pretendia por el anillo.
Cuando decia que una moneda de oro, algunos se reian, otros se apartaban sin mirarlo. Solamente un viejecito fue amable de explicarle que una moneda de oro era MUCHO valor para comprar un anillo.

Intentando ayudar al joven, llegaron a ofrecerle una moneda de plata y una jicara de cobre, pero el joven seguia las instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazaba las ofertas.

Despues de ofrecer la joya a todos los que pasaban por el mercado, y abatido por el fracaso, monto en el caballo y regreso. El joven deseaba tener una moneda de oro para comprar el mismo el anillo, librando de la preocupacion a su profesor pudiendo asi recibir su ayuda y consejos. Entro el joven en la casa y dijo:
-Profesor, lo siento mucho, pero es imposible conseguir lo que me pidio. Talvez pudiese conseguir 2 o 3 monedas de plata, pero no creo que se pueda engañar a nadie sobre el valor del anillo.

-Importante lo que me dices, joven, contesto el profesor sonriendo. Primero debemos saber el valor del anillo. Vuelve a coger el caballo y vas a ver al joyero. Quien mejor para saber su valor exacto? Pero no importa cuanto te ofrezca, no lo vendas. Vuelve aqui con mi anillo.

El joven fue a ver al joyero y le dio el anillo para que lo examinara. El joyero lo examino con una lupa, lo peso y le dijo:
-Dile a tu profesor que si lo quiere vender ahora no puedo darle mas de 58 monedas de oro.
-58 MONEDAS DE ORO!!!, exclamo el joven.
-Si, contesto el joyero, y creo que con el tiempo podria ofrecer cerca de 70 monedas, pero si la venta es urgente...

El joven corrio emocionado a casa del profesor para contarlo lo ocurrido.
-Sientate, dijo el profesor, y despues de escuchar todo lo que el joven le conto, le dijo:

-Tu eres como ese anillo, una joya valiosa y unica. Solamente puede ser valorada por un especialista. Pensabas que cualquiera podia descubrir su verdadero valor? Y diciendo esto, volvio a colocarse su anillo en el dedo.

Todos somos como esta joya. Valiosos y unicos y andamos por todos los mercados de la vida pretendiendo que personas inexpertas nos valoren.

sábado, 14 de agosto de 2010

Cabañuelas de agosto

Ayer me pilló una pequeña tormenta estando en casa de unos amigos. Digo pequeña porque no duró mucho, pero llovieron cantáros, ánforas, botijos y todo lo que quieras.

Yo no sé si es la falta de costumbre que hay en Murcia de ver lluvia, pero a mi me encanta. Y me encanta que truene, que se vean rayos en el cielo nocturno, que se huela a humedad en el ambiente.

Cuando mi abuelo estaba bien( por desgracia el pobre ahora se está consumiendo lentamente en un hospital) siempre nos decía en ésta época que eso eran las cabañuelas.

Todos los agricultores saben lo que son las cabañuelas de agosto, mi abuelo no vivía del campo, pero le encantaba, era su hobbie, se podía pasar las horas muertas con sus plantas, sus árboles a los que se subía (le gustaba mucho trepar) y la naturaleza en general. Adivinad de quien he podido sacar yo eso.

Sin desviarme del tema, hablando de cabañuelas, él decía que eran 12 dias que pronosticaban:
- 1 de agosto---> el mismo agosto en el que estamos
- 2 de agosto---> septiembre
- 3 de agosto---> octubre

Y así sucesivamente hasta el dia 12 de agosto.

Nunca tuve una relación muy estrecha con mi abuelo, a veces incluso se le olvidaba mi nombre. Para él, siempre fui "la zagala". Y reconozco que me tocaba la moral entonces.Él era un hombre sencillo que amaba las cosas sencillas y odiaba los conflictos familiares.

Tengo pocos recuerdos de haber pasado tiempo con él, la mayoría son de cuando íbamos al campo y paseábamos por un sendero que llevaba al pino. Yo lo llamaba " el pino",hay muchos pinos en la zona pero en esa parcela solo habia uno y teniais que ver un paisaje de secano totalmente amarillo y marrón, y en medio un pino grande al final de las tierras de su hermano Antonio.

Recuerdo ir con mi hermano y mi primo, detrás de mi abuelo caminando y preguntarnos si teniamos hambre( era la hora de la merienda), nosotros como críos que éramos, le dijimos que sí. Mi abuelo se colgó como un mono de una higuera que teniamos justo al lado y empezó a sacarnos higos. Ya sé que no dijo nada especial pero él, con sus 56 años que tenía mas o menos por aque entonces, estaba fuerte y sano y con mucha energía. Y siempre con su sencillez. Era un hombre muy sensato.

No es porque sea mi abuelo, pero era bastante guapo. Tenía los ojos de un azul de aguamarina, la piel morena y el pelo castaño. O al menos lo recuerdo asi.

Solo he ido una vez al hospital a verlo y con eso tuve suficiente. Ahora está fatal, le dio un derrame cerebral, lleva 7 meses en coma y está esquelético. Lo reconocí por su frente y sus ojos cerrados.

Aquel dia que fui me eché a llorar. Estuve muy enfadada con él mucho tiempo, por cuestiones de familia. He llegado a decir cosas horribles sobre él porque me consumía el rencor. Pero cuando le vi, sin su dentadura, con media cara hundida, con espasmos...le dije que le perdonaba.... Nos hemos pasado una vida viviendo cerca y jamás nos dijimos un simple " te quiero".

Quiero volver a ir al hospital a pedirle perdón. Sé que ahora está como si durmiera, lo más probable es que si nos oye hablar no nos entienda. Nunca hizo nada malo, le culpé de no poner orden en su casa, pero él no podía hacerlo. Era tan bueno y manso como un cordero y yo sé que él irá a la Gloria.

Esta entrada se la dedico a él, a Bernabé. Por todo el tiempo que hemos perdido los dos, toda una vida y jamas nos dimos un abrazo, ni un beso.

Ahora se me salen las lágrimas de ver lo importante que es perdonar a los demás. Así que intentarlo, no sea que un dia os encontreis que habeis querido mucho a alguien y no podais decirselo porque esté en coma.